Lubia Esther Navarro Torres
Psicóloga, Maestra en Psicoterapia Humanista; Tanatóloga, Heal Your Life Taacher; intructora de Talleres para niños, adolescentes y adultos; conferencista y escritora Bestseller. (De Yucatán, Mérida, México).
Traumas y heridas en la infancia
Los niños lo único que necesitan es atención, cuidados, sentirse protegidos y amados; por lo que, resulta reprobable cualquier tipo de agresividad y violencia hacia ellos, ya sea física o psicológica. Toda manera de agresividad, abuso, violencia o herida en los primeros años de vida, ya sea propia o presenciar violencia o abuso hacia otro pequeño, puede generar en la infancia traumas severos que les afectará en su desarrollo emocional, psicosocial e incluso escolar. Cuidar de nuestros niños, protegerlos y amarlos es un acto de amor hacia ellos y hacia el futuro de la humanidad; pues, una mente, alma y corazón sano solo puede compartir cosas buenas y positivas al mundo.
El trauma infantil
Se define como: un evento emocionalmente doloroso o angustiante que experimenta un niño y que, a menudo, resulta en efectos duraderos mentales y físicos; una herida de la infancia es una lesión afectiva que impide llevar una vida plena y en armonía.
Hablar de traumas o heridas en la infancia resulta algo complejo, ya que, existe una gama extensa de los mismos, sumándole que cada cabeza es un mundo y que todos sentimos de diferente manera ante un mismo evento; lo que para unos pudiera resultar doloroso y traumático, para otros pudiera ser un escalón para desarrollar inteligencia emocional y resiliencia.
Algunas de las heridas de la infancia experimentadas en los primeros años de vida son causadas de forma consciente o inconsciente por los padres, tutores o familiares cercanos; las heridas de la infancia son cinco:
Herida de abandono: Estas personas en la infancia carecieron de protección, cuidados y compañía; la soledad es su mayor enemigo y constantemente experimentan un temor extremo a quedarse solos, las personas con esta herida son más susceptibles a sufrir dependencia emocional.
Existe el abandono físico, que es cuando se es un padre ausente, porque tiene que trabajar la mayor parte del día para proveer a sus hijos, como por ejemplo, una madre soltera o también por fallecimiento; hay padres de familia con bajos recursos económicos que se ven forzados a dejar a su hijos con algún familiar por tiempo indefinido, ocasionando en su hijo ésta herida profunda de abandono y, junto con ella, algún trastorno de la personalidad o creencia limitante.
Está también el abandono emocional, que sucede cuando el padre, la madre o el cuidador están físicamente; pero, no existe conexión ni tiempo de calidad entre el niño y el adulto, un ejemplo claro en la actualidad es una madre o un padre metidos todo el día en el celular abandonando la relación y conexión con los hijos, o bien una madre adolescente que no se hace cargo de su pequeño.
La forma de sanar la herida de abandono es enfrentando la soledad y trabajando en ella; como adulto es tu responsabilidad sanar a tu niño interior, dándole seguridad para que puedas disfrutar esos momentos a solas; es muy importante que, como padres, dialoguen más con sus pequeños, pasando tiempo de calidad y escuchando sus necesidades afectivas, y emocionales.
Herida de rechazo: Esta herida se provoca por no aceptar y rechazar los sentimientos, el amor e incluso a la persona; el rechazo puede provenir de los padres, abuelos, familiares cercanos o incluso de amigos y compañeros, provocando que el niño sienta que no merece la atención, ser escuchados, sentir que no merece el amor ni mucho menos ser amado. Como ejemplo, una madre con depresión posparto no atendida a tiempo, puede causar esta herida a su hijo con su rechazo.
La forma adecuada de sanar esta herida que es considerada de las más profundas, es aprender y empezar a valorarse y amarse a sí mismo, para evitar esta herida en los hijos es necesario tratarlos con respeto, validarlos y amarlos, fomentando sus capacidades y haciéndolos sentirse seguros de sí mismos.
Herida de humillación: Esta herida es provocada a causa de la crítica, la desaprobación y la ridiculización que los padres pueden ocasionar a su pequeño hijo, su propio auto reconocimiento dependerá mucho de la imagen que los demás tengan de él; se consideran personas menos dignas y valiosas de lo que realmente son.
Esta herida puede sanar perdonando a aquellas personas que le hicieron daño y empezando a valorarse como la persona que realmente es. Puedes evitarles esta herida a tus hijos siendo afectuoso, discreto con sus asuntos personales, estableciendo límites con amor y siendo empático con ellos.
Herida de traición: Esta herida surge cuando los cuidadores o padres no cumplen con las promesas hechas; entonces, el niño empieza a desconfiar, sobre todo cuando es repetitivo, aparecen sentimientos de envidia hacia otras personas que sí le cumplen lo prometido y hacia los cuidadores o padres puede surgir un sentimiento profundo de rencor, esto provoca una necesidad excesiva de tener todo bajo control para no sentirse traicionado; suelen ser personas muy desconfiadas y posesivas; para las personas con esta herida, la lealtad y la fidelidad son dos asuntos de suma importancia, aunque en ocasiones distorsionan los conceptos.
Para poder sanar esta herida es muy importante y necesario trabajar con paciencia, tolerancia y confianza.
Herida de la injusticia: Esta es causada cuando lo padres son fríos, rígidos y con una educación inclinada a lo autoritario, generando sentimientos de ineficiencia e inutilidad debido a la alta exigencia; estos niños, cuando son adultos,les cuesta mucho trabajo aceptar otros puntos de vista y formas diferentes de ser, expresan sus juicios morales u opiniones como verdades absolutas.
Esta herida puede ser sanada cultivando la tolerancia, trabajando con la rigidez mental y siendo más flexibles; en los niños es importante trabajar la expresión de sus sentimientos, el respetuoso intercambio de opiniones e ideas y siempre cultivando la tolerancia.
Es importante que sepas que todos tenemos una, varias o todas las heridas y que, cada una de ellas, puede ser sanada si tú realmente lo deseas, para que no interfiera emocional y afectivamente en tus relaciones y vida cotidiana.
Si tus padres fueron los que han sembrado esas heridas en tu corazón es momento de sanar tú y sanar la relación con ellos,sería bueno que un día te tomaras el tiempo para conocer la historia de las personas que te dieron la vida; y cabe aclarar, que no los justifico en las heridas y cicatrices que han dejado en ti; sin embargo, ellos también tienen una historia; ellos al igual que tú, fueron niños que deseaban y necesitaban sentirse cuidados, protegidos y amados; sin embargo, llegaron a un mundo de adultos y fueron escribiendo la historia que tú conoces, pues ha influido grandemente en tu propia historia; ellos, al igual que tú, han hecho lo mejor que han podido con el nivel de consciencia que han tenido, así que hoy te toca perdonar, soltar y sanar como adulto; sanado y abrazando a ese pequeño niño interior lleno de heridas y carencias.
Como te mencioné al principio, los traumas en la infancia tienen que ver con sucesos dolorosos que se experimentan en los primeros años de vida y se pueden deber a diversos eventos tales como:
🌼Abuso y maltrato psicológico
🌼Abandono de uno o los dos padres
🌼Acoso escolar
🌼Presenciar accidentes o sucesos violentos
🌼Falta de afecto
🌼Abuso sexual
🌼Vivir con padres que tienen adicciones. ***hay dos tipos de adicciones.
🌼Fallecimiento de algún familiar
🌼Condición médica grave o repentina propia o de algún familiar
🌼Falta de recursos económicos y pobreza extrema
🌼Catástrofes
🌼Pérdida del hogar
🌼Divorcio de los padres
Entre muchos más. Cuando un niño ha sido víctima de una situación traumática presenta algunos síntomas como indicadores que pueden afectar su desenvolvimiento social, afectivo y emocional; entre los síntomas comunes está el dormir poco y no descansar, ritmo cardiaco acelerado, sensación de falta de aire, ansiedad cuando se separa de sus padres, no tener apetito y/o comer poco, sentir ira o enojo, tener dificultad para concentrarse, su estado de humor es irritable, llora sin motivo aparente, se le dificulta controlar sus emociones, rechazo a la escuela, falta de concentración, sensación de miedo o nerviosismo, aislamiento, estos y otros síntomas son muy similares a los del trastorno de ansiedad o de la depresión y no hay que pasarlos desapercibidos; la recomendación es actuar lo más pronto posible para evitar que el trauma trascienda hasta la edad adulta, interfiriendo en el desarrollo y desenvolvimiento de la víctima.
*** Hay 2 tipos de adicciones
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