Victoria Lomeli es una madre de familia, está muy preocupada porque su segunda hija necesitaba un donante de médula ósea, si no lo conseguía a tiempo su hija va a morir, porque no produce glóbulos rojos, le ponen sangre. Ella agregó a su hija a la lista de espera de donadores de médula ósea. Victoria está siempre en contacto con el hospital para saber en qué nivel de espera se encuentra su hija para la donación. Victoria espera el turno de su hija para la donación de la médula ósea, ella tiene fe y reza para que Dios mueva un corazón y done una médula ósea para su hija. Victoria mira su licencia de manejo y la licencia dice que no es donante, y en estos momentos piensa que, si llegara a morir en un accidente, si ella de muerta no quería donar sus órganos que ya no iba a usar, quién querrá donar en vida. Victoria pensaba en todos los mitos acerca de la donación que existía y eso fue lo que determinó que no quería ser donante al morir. La gente decía tantas cosas, que había millonarios que pagaban por órganos y había doctores sin ética que vendían la información de personas que eran donantes, y con la información ellos se encargaban de que tuvieran un accidente y tomar así los órganos que necesitaban. Este mito era el que hacía temblar a Victoria y a muchas personas. Había otros mitos mágicos acerca de la donación, se contaba que en un estado de EE. UU. una niña recibió un corazón de un donante, y que todas las noches la niña que había recibido un corazón tenía una pesadilla que se repetía cada noche. La niña contó que en la pesadilla veía cómo mataban a una niña, el sueño le mostraba el lugar y la fecha que la habían matado. La familia estaba tan angustiada que se dio a la tarea de averiguar cómo había muerto la donante, la respuesta que recibió fue que la niña que había donado el corazón había sido asesinada y que no se había resuelto el caso. La familia del donante habló con la policía y la policía tomó preso al asesino gracias a los sueños de la niña. Otro mito que Victoria había escuchado era que cuando alguien donaba una médula ósea, el niño tomaba parecido físicamente al donante, como si fuera parte de la familia. Victoria había recibido una llamada del hospital, tenían un donante de células madre de médula ósea y tenían fecha para el trasplante células madre de médula ósea. Victoria estaba emocionada pese a las advertencias que había recibido de los doctores de que muchas veces el cuerpo rechaza los trasplantes, y que después de un año se puede saber si el paciente está a salvo, fuera de peligro.
Diana Oliver era una mujer alta, guapa y de cuerpo tosco, casada desde hace 10 años, sin hijos, era la séptima vez que asistía al hospital para recibir una prueba de embarazo, la cual resultó negativa, otra vez. Mientras esperaba los resultados, una doctora recibía una llamada de Victoria para preguntar sobre los donantes de médula ósea y Diana escuchaba la conversación pensativa y al terminar la llamada telefónica, ella le preguntó a la doctora cuantos años tenía la persona que necesitaba la donación, y la doctora le dijo que era una niña de cuatro años. Diana actuó inmediatamente y le dijo a la doctora que ella quería donar células madre de médula ósea y le pregunto: — ¿Qué tengo que hacer para donar células madre de médula ósea?
Diana Pensaba que, si no podía tener un hijo, tampoco iba a permitir que un niño muriera, así que empezó todo el proceso de la donación. A Diana le hubiera gustado conocer a la niña a quien le iba a donar, pero hasta que pasara un año no iba a poder conocerla, si es que todo salía bien. Ella estaba tan interesada en ser donante de médula ósea, sin embargo, se sentía ignorante con respecto al concepto de donar células madre de médula ósea. Ella tenía muchas dudas con respecto a la donación de médula ósea, y se preguntaba:
—¿Qué es una médula ósea? ¿Quién podía ser donante? ¿Cuál era la importancia de donar la médula ósea? ¿Quiénes no podían donar la médula ósea? ¿Cuáles eran las alternativas al trasplante de médula ósea? Diana investigó acerca de la médula ósea y se enteró de que la médula ósea en un lenguaje coloquial se le llamaba tuétano, la cual era una sustancia grasa de color blanquecino, rica, esponjosa y sangrienta que se encontraba en el interior de los huesos de los animales y de los humanos. Y que la médula ósea se producía principalmente en las células sanguíneas: glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Que los glóbulos rojos transportaban el oxígeno, los glóbulos blancos combatían las infecciones y que las plaquetas eran necesarias para evitar sangrados.
Después que Diana fue identificada como compatible con el paciente que necesitaba el trasplante de médula ósea, ella fue citada por el hospital más cercano para realizar una revisión médica completa para asegurar su idoneidad para el trasplante. Una vez que se confirmó la compatibilidad y Diana comprobó que se encontraba en buen estado de salud, se le suministró una sustancia denominada factores de crecimiento hemopoyético (G-CSF) durante los 5 días anteriores a la donación. Este medicamento se le administró a Diana por vía subcutánea y su función era hacer que las células madre almacenadas en la médula ósea aflorarán al torrente sanguíneo, ya que en condiciones normales su presencia es muy escasa en la sangre. Ella fue informada de los posibles efectos secundarios como dolor de cabeza, de huesos o muscular. La fecha para el trasplante llegó y Victoria llevó a su hija al hospital para el trasplante y Diana asistió para donar las células madre de médula ósea. El trasplante de médula ósea fue todo un éxito, y así pasó un año, hasta que los doctores dieron de alta a la hija de Victoria y entonces Diana pudo conocer a la niña y convivir con ella año tras año, la hija de Victoria fue para Diana su hija, y así dos madres compartieron el amor de una niña.
Gracias a los donantes de células madre de médula ósea, a los donantes de células madre de sangre periférica y a las mujeres embarazadas que donan la sangre del cordón umbilical de su bebé en el momento del parto, que ayudan mientras se encuentra un donante de médula ósea vivo compatible, se han salvado de morir mucha gente.
“Dicen que los diamantes son una cápsula del tiempo, y que los diamantes rosas, al ser diferentes de otros tipos de diamantes, tienen una crónica distinta que contarnos”
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