Muchas veces me pregunté cómo podremos salvar al mundo de tanta violencia, de injusticias, agresiones, etc. parece algo tan inalcanzable y tan fuera de lugar; está tan contaminado; sin embargo, creo que sí podemos ir sanándolo de a poquito, gota a gota, desde nuestro pequeño mundo, nuestro entorno.
¿Cómo? Pues veras, no es nada fácil, requiere primero que tengas ganas de poner tu granito de arena en esto; después, se requiere de un tiempo y espacio para ti, para adentrarte a tu mente y escanear tus pensamientos: aquellos de ansiedad, de enojo, de ira, de tristeza, etc.; así mismo, hacerlo con tu cuerpo, pasar ese escáner y detenerte ahí en esa parte en que tu cuerpo siente opresión, dolor, angustia. A estas alturas, ya debes saber cuáles son tus heridas, tus traumas, tus cicatrices, aquello que no te permite estar en paz, avanzar, amar con el alma, perdonar, soltar, sanar. Todos en esta vida hemos sido heridos, si no en nuestro hogar, en la escuela, o ha sido en el trabajo o en la calle, ¿quién en esta vida nunca ha sentido un dolor en el alma?, ¿quién no ha tenido un día malo, triste?, ¿quién nunca se ha enojado?
Ahora lo importante es identificar qué es, qué pasó, en qué momento, en dónde estabas, con quién. Es ahí en donde aprendiste a actuar como hoy lo haces, es ahí en donde se sembró aquella emoción no placentera que te ha generado sentimientos no placenteros, es aquello lo que te ha frenado, hay cosas que no podrás sanar tu sol@, requieres ayuda, ve y búscala; cuando tú te haces consciente de tus heridas, de tus traumas; entonces, puedes sanar y seguir avanzando; pero, además, sanas a tu entorno y a los que viven en él, cuando tú cambias, por naturaleza todo a tu alrededor cambiará, para bien o para mal; tú decidirás cómo quieres vivir.
Si sanamos de manera individual; entonces, iremos aportando nuestro granito de arena para ir medicando al mundo, contrarrestando lo malo, lo intoxicado y contaminado; se empezarán a notar partes sanas y libres de odio, maltrato, violencia, desamor, rencor, etc.
El mundo necesita más empatía, compasión, ternura, respeto, amor; si tú te das todo esto a ti mismo y a los que te rodean, habrás hecho una gran contribución a nuestra tierra; lo que haces tú, me afecta a mí y a todos; lo que hago yo, te afecta a ti y a todos; somos energía; entonces,vayámonos enviando cosas lindas, buena energía y buenas vibras, vayamos contagiando de amor y vitaminándonos de todo aquello que deriva de él.
Deja de hablar mal del de al lado, de meterte en la vida de los demás, de juzgar al otro; eso enferma nuestro mundo, enfócate en ti, trabaja en ti y eso se verá reflejado en tu entorno; no friegues y ayuda, aporta, sirve de escalón, alégrate porque a los demás también les va bien, da la mano al que puedas, ayuda al necesitado, no lastimes el corazón de alguien que te dio o que te da lo que tiene con amor para ti; no te imaginas cuánto duelen las heridas, si pudieras ver un corazón herido, jamás harías daño otra vez, lo pensarías una y mil veces antes. Se agradecido, sanando tu corazón sana también parte del mundo.
La salud mental es el tesoro más preciado que tenemos; si inviertes en cosas superfluas, por qué no invertir en ti y en tu salud mental; de nada te sirve un cuerpo perfecto si tu mente no está en paz; de nada te sirve una cuenta en el banco con tantos ceros si tu mente no está tranquila. La persona más importante de tu vida eres tú, no podrás ayudar a los demás si primero no te ayudas a ti mismo, si lo haces por ti, lo haces por todos.
By Lubia Navarro
Por Sol Barrientos | 15 de Julio 2024.
Por la Revista Elite: Escritores Internacionales.
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