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Foto del escritorElite magazine: EE. UU.

Entrevista al escritor Fabián Cardona Coreano.

Actualizado: 15 nov 2023

Autor del libro “Travesía en la oscuridad: condición mágica”.
REEI: ¿Quién es Fabián Cardona y de dónde proviene?
FC: Soy Fabián Cardona, nací un 17 de junio de 1966 en el pueblo de Río Piedra, un pueblo cerca de la capital de Puerto Rico (San Juan). Mis padres son puertorriqueños con ascendencia norteamericana. Mi padre, el señor Fabiano Ortiz y mi madre, Maria Coriano Nieves, ambos profesionales. Tengo un hermano por parte de mamá; porque mi madre y mi padre se divorciaron y mi madre volvió a tener sus nupcias con otro hombre, quien fue mi segundo padre, y de esa unión nació mi hermano llamado José Agueño, quien es Ingeniero Eléctrico. Tengo cuatro sobrinas. Mi familia era pequeña, pero muy unidos; vivíamos en una casa grande, en una finca, tuve la compañía de una nana quien convivió con nosotros por muchos años, yo la adoraba, ella se llamaba Aurora, fue una mujer extraordinaria.

Luego de unos años mi padre falleció. Yo no tenía muchos amigos, mis amiguitos eran las plantas. A los 7 años le pedí a mi mamá como regalo de navidad un hermanito, pero como no me lo podían dar; entonces, de regalo, me dieron un lindo perrito que le puse por nombre ‘Porkys’, lo quise tanto como un hermano, tan es así que, cuando hice mi primer viaje a Estados Unidos lo llevé conmigo. Luego, cuando yo tenía 16 años de edad, fue que mi mamá pudo tener a mi hermano José, fue una alegría muy grande para mí, porque de verdad iba a tener un hermano, aunque ya yo iba a ser su hermano-papá (ríe).

Pero no puedo negar que mi infancia fue maravillosa por lo mimado, querido y muy respetado; recuerdo mucho a mis tías y mis tíos que me contaban historias y con ellos también pasé momentos maravillosos. Al igual que mis abuelos maternos, mis abuelos paternos solo los veía en navidad. Luego nos mudamos a Boston, a un lugar llamado Massachusetts, por estudios y especialidad de mi mamá en la universidad de Massachusetts. Allí estudié en un colegio público y luego en un internado; fue muy difícil el cambio de colegio, porque yo era una persona muy estricta en mi formación, pues conviví con muchas personas mayores, las cuales me amaban mucho. Después, regresamos a Puerto Rico y me gradué en una escuela militar, la cual no era de mi preferencia, pero allí finalicé mis primeros estudios. Luego mis padres me compraron un apartamento y comencé a vivir solo… También, cabe destacar que yo provengo de una familia yoruba. Una familia que respetaba a los santos; porque, mi abuela, mi tata, tata tatarabuela que era de la novena generación de negros africanos que llegó de cuba a Puerto Rico, los trajeron de África, se casó con un terrateniente blanco y de allí surgió la historia de la familia mestiza: veníamos de indios africanos y españoles. La peculiaridad de la mía es que eran muchos blancos con ojos claros y del negro, de ese negro carabarí, no estaba tan visible ni en los cabellos ni en la piel hasta que nací yo con un lunar, que es una señal de los ancestros, de esa señora que falleció que se llamaba Tatanoa.

Soy un hombre al cual le encantan los animales, los estudios; además de eso, soy un hombre gay, no siento atracción por las mujeres, pero sí las admiro y respeto mucho. Mi primera profesión fue de higienista dental en el colegio de cirujanos dentistas de Puerto Rico. Trabajé por un periodo de 12 años. Esta profesión me permitió seguir estudiando y me preparé en ciencias de la salud y continué mis estudios en “psicología general”. Más adelante, hice una maestría en psicología clínica y un doctorado que no es un phd es un psyd, es una formación clínica para atender en especialidad a los niños, allí estuve laborando hasta los 33 años que fue cuando mi vida cambió en un abrir y cerrar de ojos: un 17 de marzo, en el año 1998 cuando mi vista dejó de visualizar al mundo. Luego volví a regresar a los estudios, estuve en dos escuelas en Miami Lays House de Florida de los Estados Unidos y una en Puerto Rico, en él (Catt) centro de transición del trabajo; en los dos estuve un año. Aprendí a leer el braille en los idiomas que hablo (español, inglés, italiano y el francés). Aprendí a escribir en braille; una vez que culminé, tomé el examen de derecho impulsado por el director de la escuela de ciegos y estudié derecho, me gradué con altos honores. Se me hizo muy fácil, me gradué de abogado, hice una licencia de inmediato de mediador y árbitro; después, hice una maestría en mediación y conflicto en la universidad Sagrado Corazón de Puerto Rico y continué estudiando otra maestría en administración pública de la universidad de Puerto Rico. Hoy por hoy, estoy estudiando un doctorado en educación en la universidad de Puerto Rico.

Actualmente, trabajo como abogado mediador, convivo conmigo con mi ceguera y con mis perros; siempre he tenido perritos en mi casa, tengo tres de nombres, fe, amor y misericordia; también tengo dos gatitas de nombre Pis y Lays, las cuales adopté. Vivo actualmente en Estados Unidos en Orlando, Florida desde hace 7 años y soy atendido por mi discapacidad en el Bascom Palmer Hospital en Miami. Mi condición visual se llama retinopatía diabética, por la cual padezco y quedé ciego. Soy pintor y me entretengo con el arte de pintar, cantar, tocar el piano y mi trabajo como abogado mediador de “medio turno”. Tengo 57 años, soy feliz y vivo tranquilo gracias a Dios. Soy un hombre simple y a carta cabal, con mucha actitud positiva, gracias a Dios.

REEI: ¿Cuáles son las habilidades de Fabián Cardona?
FC: Mis habilidades son: ballet clásico en punta y lo practico desde hace 33 años, y gracias a este talento he viajado por el mundo; tuve la oportunidad de viajar con este talento que nació conmigo, con este arte visité varios Países, entre ellos se encuentran: Francia, Italia, Rumania, Japón, Rusia, Inglaterra, España y Estados Unidos. Y aún sigo bailando, en diciembre del 2022, bailé con María Russia “Cascanueces”; me gusta cantar, aprendí la técnica vocal, al igual que la música instrumental, me gusta tocar el piano, el violín y el arpa. A los 11 años de edad aprendí a tocar mi primer instrumento: el arpa, mi familia tenía esa interpretación musical e inteligencia hábil a la música.
Soy un hombre disciplinado, muy sofisticado, hago distancia a la maldad porque soy generoso y bondadoso. Soy un trabajador social que hace una labor especial como abogado mediador a personas que no pueden defenderse y como psicólogo me gusta entender para no justificar y mucho menos, enjuiciar; sino, más bien, buscarle una solución a un conflicto. Considero que decir verdades es un talento; así que, me considero como un hombre honesto. Me gusta escribir y, actualmente, no leo mucho, pero sí escucho audiolibros; todo esto es parte de mis habilidades.
He ganado galardones de personalidades importantes, como por ejemplo, por el presidente Obama, unos años atrás, representando a mi país con una medalla, que se llama “Larry Hatman” como mejor abogado litigador en la práctica; fui seleccionado como premio al mejor estudiante de orientación y movilidad en la graduación de personas con impedimento en Puerto Rico, en Florida me gradué con Cum Laude (Honor) en todos mis grados académicos, en mi grado asociado que fueron de tres años en mis dos licenciaturas, en mis dos maestrías y en mi grado doctoral. Tuve un reconocimiento por promulgar una ley en la cual se dio por la cámara de representantes de Puerto Rico. Actualmente, tengo una certificación como coach de vida PNL para el proceso neolingüística, soy hipnótica, leo registros, akashicos, soy de familia yoruba capaz de hacer, resolver y entender a otros.


REEI: ¿Cuál es el sueño dorado de Fabián Cardona?
FC: Yo creo que es manejar ahora mis circunstancias de ser ciego; pero, antes de ser ciego, yo tenía una idea muy equivocada acerca de la felicidad, pensaba que se construía. Después que fui creciendo, aprendí que la filosofía de vida e instancia de vida es lo que te hace feliz. Yo vivo solo y la soledad me ha hecho conocer mucho más a Fabián, muy adentro de mí y dentro de mi soledad me hace sentir feliz, porque yo mismo comprendo que mis situaciones están particularmente igual que la de una persona que pueda ver, yo puedo mirar desde dentro de mi corazón, soy muy espiritual, católico. También soy muy abierto a esa mansedumbre mística, yo siempre tengo incienso prendido, siempre hay velas y le hablo a un DIOS de poder, a un DIOS generoso y bondadoso.

Me gusta respetar al ser humano, respeto a gays como respeto a Buda o a Mahoma y creo que la energía es sublime y se va degenerando o generando. Pienso que la estructura de lo que es la felicidad para mí, es tener una familia unida. Yo quería seguir viviendo eso y una vez que falleció ese núcleo familiar, yo creí que mi distinción en la vida era ser feliz, hasta qué me quedé ciego y me encontré que la felicidad no es nada más que un sinónimo de actitud, de vida, de concretar tus sueños. Casi todo lo que yo he querido lo he logrado, yo quería estudiar, cantar, viajar por el mundo, bailando ballet, quería ser profesor universitario y lo fui. Yo quería pintar y tener una exposición de pintura y lo logré, yo quería escribir un libro y ser BEST SELLER y lo logré. Doy gracias a DIOS; porque, casi todo lo que yo he querido lo he logrado.

REEI: Fabián Cardona, ¿Qué te motivó a escribir el libro titulado “Travesía en la oscuridad: condición mágica”?
FC: Para mí, TRAVESÍA EN LA OSCURIDAD, es una historia que habla sobre el caminar de un ser humano que en su vida lo había entonado con una gran canción, con una gran alegría, con una participación familiar unida. Y después de no tener esa familia que le daba poder y que le daba ese soporte, tiene que continuar sobresaliendo y viviendo en un mundo donde los que miran no se paran para poder justificar las asistencias, la ayuda, las necesidades que tienen las personas con una diversidad funcional como lo son los ciegos.

En este libro relato y escribo parte de lo que fue mi vida desde antes de ser ciego y después de quedar ciego. Esta obra literaria le permite al mundo poder entender que un ciego no vive en la oscuridad, que podemos ser parte de una sociedad inclusiva donde los ciegos tenemos una labor muy importante, por ejemplo, en mi haber como cantante, músico, como bailarín de ballet clásico, un profesional en el derecho y mucho más… El libro lo escribí por esa gran aspiración de que me gustaría que el mundo fuera más equitativo y tolerante sobre nuestro concepto de vida. En esta obra, yo expreso mis sentimientos con coraje y ser siempre yo mismo, sin miedo.

Invito al lector a cambiar su percepción; ya que, en una ocasión cuándo fui a una cita médica para un chequeo de laboratorio de sangre, la enfermera me dijo que fuera a la computadora y escribiera mi nombre, a lo cual yo le dije: —pero ¿cómo voy a escribir mi nombre si ni siquiera sé donde está la computadora? Ella me contestó, de una manera seca y cortante, que la computadora estaba en la pared y yo me dije: —Me gustaría que ella no sea tan personal, que me ayude y me lleve ahí o me pregunte si yo sé escribir en la computadora… Pero, no lo hizo… Aunque yo estoy preparado en ese sentido y tengo conocimiento sobre tecnología, hay otras personas que NO. Sentado en mi casa me puse a pensar y me dije: —yo tengo que hacer algo por medio de la escritura para sensibilizar a la gente que no comprenden las discapacidades de las personas, en este caso a los ciegos.
Traté de estructurar un libro, pero me sentí un poco perdido; entonces, tomé un curso de cómo escribir un libro. Después del curso, terminé de escribir el libro, lo resumí, le hice varios capítulos donde dice quién soy, de dónde vengo, la formalidad, de dónde es mi familia. Luego, cuento cómo fui pasando las etapas de vida; porque, yo me quedé ciego a los 33 años a la “edad de Cristo” en una iglesia católica. Profeso esta religión donde me quedé ciego un miércoles de ceniza. Yo era psicólogo clínico, pedí permiso para ir a la iglesia a la exposición de ceniza y una vez que me pusieron la ceniza, yo no pude volver a ver. Cuando subí la cabeza, tuve que pedir ayuda, el sacerdote me ayudó; todo era una confusión, no entendía lo que pasaba. Luego de allí fui al médico, a una sala de emergencia en el hospital en Orlando, me dijeron que había tenido una hemorragia vitral en ambos ojos, las retinas se habían desprendido: era diabético asintomático (no tenía ningún síntoma de diabético), mis padres si eran diabéticos por eso fue la duda y la preocupación.

Hasta que fui a España y ahí el DR Venessa me hizo varias pruebas posprandiales (esta prueba se hace para ver cómo responde el cuerpo al azúcar y al almidón después de una comida). Luego de varias pruebas que me hacían después de comer, se dieron cuenta de que mis niveles de azúcar no eran normales y eso fue lo que causó que durante diez años se elevarán y como no tenía síntomas, no tomé ningún tratamiento y tampoco llevé la dieta necesaria, esto hizo que reventaran esos vasos capilares, porque eso es lo que es: retinopatía diabética, que hace que esas frágiles venitas que están en la retina, exploten y sangren. Entonces de ahí en adelante, en 1998 me empecé a tratar como diabético, me han hecho 33 operaciones; tengo un lente intraocular, tengo un microchip, tengo córneas que son donadas, bueno más bien compradas y un tratamiento que sigo y todo eso es lo que cuento en el Capítulo 2, dando información de lo que es la Retinopatía Diabética.

¿Por qué a los diabéticos nos pasa esta situación? En el CAPÍTULO 3 trato de cuáles son las leyes que nos protegen, que nos cobijan en este país y por qué no nos tienen consideración, por qué no nos respetan, no nos dan espacio, no nos atienden… Como esa vez que aquella enfermera me atendió de mala manera; es por eso que yo tenía que escribir ese libro. Ya por último doy a conocer sobre mi vida actual, mi adultez, de cómo mis padres me apoyaron y me trataron tan bien, con ese cuidado fraternal, amistoso, que yo le decía “amor del negrito”. Y culminé mi libro dándole una expresión de agradecimiento a muchas personas que han sido colaboradoras, personas que me han aceptado y me han hecho una gran inclusión en la vida; para que otras personas, al fin y al cabo, entiendan que una persona “normal" y feliz, pueda estar en una situación como la mía: pues yo era vegetariano, tenía un peso acorde a mi talla, nunca fumé, nunca tomé, nunca trasnoche; así que, mi vida era accesible a la felicidad, bueno, entre comillas, verdad. Pero esto sucedió. Ese es el porqué de escribir este libro con tanto amor y por qué lleva el subtítulo Condición Mágica. No todo el mundo puede tener una condición mágica, una condición de ceguera, yo en el camino he escuchado a varias personas y he vivido la experiencia de que se han quitado la vida porque su vida se ha tornado, como dice el título del libro en una TRAVESÍA oscura.

Fabián Cardona: ¿Cuál es el mensaje que dejas a la humanidad?
FC: Yo dejo a la humanidad una gran aportación de que un ciego puede continuar tal cual, como son los demás dentro del entorno social, pueden laborar, pueden hacer sus actividades extracurriculares como cantar, bailar, tocar piano y pintar; porque somos seres integrales, llenos de amor y de capacidad, que pueden sentir, que pueden ser sensibles antes su exterior y su entorno; además, que hay leyes que nos cobijan y nos protegen por tener esta condición “mágica” y que no es un castigo ni es una aberración, solamente es una situación de condición, producida por la DIABETES MELLITUS. La capacidad no está en el exterior, sino en el interior y que lo lindo de los seres humanos no existe afuera si adentro no se refleja. La razón por la cual yo quiero dejar este libro es para que sea una reseña de vida de que todos los seres tenemos peso, ocupamos espacio, somos líderes y llevamos un gran mensaje de aprendizaje y de enseñanza al mundo.
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Por Sol Barrientos | 15 de octubre 2023
Por la Revista Elite: Escritores Internacionales.



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